Una niña en China, bautizada como Guojiang, cuya madre y padre son chinos, se volvió viral por tener cabello rubio y ojos azules, rasgos poco comunes en poblaciones del este asiático.
Al nacer la bebé lucía como un recién nacido típico chino, pero alrededor de los 8 meses sus ojos se tornaron azules. Al cumplir su primer año, su pelo ya era rubio rizado y sus rasgos faciales se parecían más a los de personas de ascendencia europea.
Sorprendidos, los padres llegaron a sospechar que el hospital les había entregado otro bebé por error pensaban que había habido un intercambio.
Sin embargo, pruebas de ADN confirmaron que sí es su hija biológica. Ahondando en su genealogía, descubrieron que su bisabuelo paterno era ruso, quien se estableció en China tras casarse con una mujer local.
Según los reportes, esas características “caucásicas” pueden haber permanecido ocultas por generaciones en forma de genes recesivos y solo se manifestaron ahora en la niña.
Hoy, la historia de Guojiang ha sido vista más de 120 millones de veces en redes sociales chinas, despertando debate, asombro y una mezcla de admiración, curiosidad y cuestionamientos sobre identidad, herencias genéticas y prejuicios sobre apariencia.
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